Manual de Convivencia

RUTA DE ATENCIÓN INTEGRAL

La Ruta de Atención Integral establece las acciones que deben ser desarrolladas por las instancias y actores del Sistema Nacional de Convivencia Escolar, en relación con sus cuatro componentes: promoción, prevención, atención y seguimiento.

El componente de promoción permitirá fomentar el mejoramiento de la convivencia y el clima escolar, con el fin de generar un entorno favorable para el ejercicio real y efectivo de los Derechos Humanos, sexuales y reproductivos.

Con las acciones de prevención se intervendrá oportunamente en los comportamientos que podrían afectar la realización efectiva de los Derechos Humanos, sexuales y reproductivos, con el fin de evitar que se constituyan en patrones de interacción que alteren la convivencia de los miembros de la comunidad educativa.

A su vez, el componente de atención hará posible asistir a los miembros de la comunidad educativa frente a las situaciones que afectan la convivencia escolar y el ejercicio de los Derechos Humanos, sexuales y reproductivos, mediante la aplicación de protocolos internos de los establecimientos educativos, o mediante la activación de protocolos de atención de otras entidades que integran el Sistema Nacional de Convivencia Escolar (ICBF, Sistema General de Seguridad Social en Salud, Policía de Infancia y Adolescencia, entre otros).

Finalmente, las entidades del Sistema Nacional de Convivencia Escolar deberán realizar permanentemente el seguimiento y evaluación de las estrategias para la promoción y fortalecimiento de la formación para la ciudadanía y el ejercicio de los Derechos Humanos, sexuales y reproductivos, para la prevención y mitigación de la violencia escolar y el embarazo en la adolescencia; y para la atención de las situaciones que afectan la convivencia escolar.

 “El manual de convivencia puede entenderse como una herramienta en la que se consignan los acuerdos de la comunidad educativa para facilitar y garantizar la armonía en la vida diaria de los establecimientos educativos. En este sentido, se definen las expectativas sobre la manera cómo deben actuar las personas que conforman la comunidad educativa, los recursos y procedimientos para dirimir conflictos, así como las consecuencias de incumplir los acuerdos”. (Chaux, Vargas, Ibarra, Miniski 2013)

CONCEPTO DE MANUAL DE CONVIVENCIA

 PRESENTACIÓN

 La expedición de la ley 1620 y de su decreto reglamentario 1965 de 2013, trajo muchos cambios para los establecimientos educativos colombianos en materia de convivencia escolar, la que les exige contar con desarrollos específicos en aspectos tales como derechos humanos, articular el enfoque de género, salud sexual y reproductiva, estrategias para la trasformación de los conflictos, rutas de atención para erradicar las violencias y, competencias ciudadanas, con reglas claras a disposición de la comunidad educativa, como herramientas para intervenir adecuadamente situaciones específicas que ameriten atención, así como la disposición de políticas de prevención, promoción y seguimiento de las acciones, según las prescripciones de la normativa mencionada.

Este Manual de Convivencia es parte del Proyecto Educativo Institucional, por lo tanto, la comunidad educativa de la IE San Rafael, asume el compromiso de su revisión y actualización permanente, además de la socialización y aplicación del mismo en la vida escolar, a la luz de la normatividad vigente en el país, con el propósito de armonizar el encuentro de los diferentes actores de la comunidad educativa generando un ambiente de tolerancia, respeto, aprecio por la vida y bienestar de las personas.

 JUSTIFICACIÓN

 Establecer algunas normas para vivir en comunidad resulta determinante en un grupo social.  Estas normas deben organizarse y estar acordes con los intereses e intencionalidades colectivas.  En este contexto, la escuela juega un papel preponderante como gestora de formación integral, que conjugue ciudadanía y saber. “La convivencia escolar resume el ideal de la vida en común entre las personas que forman parte de la comunidad educativa, partiendo del deseo de vivir juntos de manera viable y deseable a pesar de la diversidad de orígenes” (Mockus, 2002). Asimismo, la vida escolar “se relaciona con construir y acatar normas; contar con mecanismos de autorregulación social y sistemas que velen por su cumplimiento; respetar las diferencias; aprender a celebrar, cumplir y reparar acuerdos, y construir relaciones de confianza entre las personas de la comunidad educativa” (Mockus, 2003).

Para que la convivencia en la escuela se desarrolle de manera transformadora, se precisa contemplar varios enfoques, entre los que se pueden destacar:

• Enfoque en Derechos humanos: En la comunidad educativa todos sus miembros deben reconocer en los demás y en sí mismos la condición de sujetos de derecho, es decir, personas con unos derechos inalienables que deben ser visibilizados en el contexto escolar a partir de la construcción de relaciones fundamentadas en el principio de la dignidad humana asumiendo de manera consciente las responsabilidades que a cada uno le corresponden.
• Enfoque diferencial: La escuela debe ser generadora de algunos mecanismos donde se reconozcan y visibilicen prácticas educativas que incluyan a todos los miembros de su comunidad, respetando y entendiendo sus gustos y opiniones divergentes, sin generar estereotipos o modelos a seguir, reconociendo lo que cada persona concibe del mundo sin generar dificultades al colectivo.
• Enfoque de género: Identificar en la escuela las formas inequitativas de construcción de las relaciones entre hombres y mujeres en esta sociedad, y la manera en que éstas determinan el ser hombres y mujeres para ser socialmente reconocidos como tales. Entender que el aprendizaje debe estar enfocado en sociedades más justas y equitativas.

De acuerdo a lo anterior, los conflictos se convierten en oportunidades para la construcción colectiva de acuerdos con la convergencia de diferentes puntos de vista, por ello, lo importante en vida escolar es, reconocerlos, entenderlos y tramitarlos de manera inteligente para lograr un ambiente armonioso en la institución educativa.

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